A día de hoy no podríamos imaginarnos la vida sin tener un reloj que nos indique la hora; su utilidad es inmensa desde hace siglos. Por eso, el primer motivo para tener un reloj en algunos de los lugares más céntricos de la casa es que puede ser muy práctico. El segundo motivo ya podéis intuirlo: su capacidad para decorar. Y es que no habrá una decoración con relojes que pase desapercibida ante los ojos de nadie.
Los relojes de pared aportarán elegancia o incluso un toque divertido, todo dependerá de la forma y las características del que nosotros elijamos. No nos olvidemos tampoco de que un reloj de pared puede ir bien en prácticamente todos los lugares de la casa, aunque de cara a la decoración serán estupendos para dormitorios y salones.
Ya veréis también que hay relojes de pared muy variados, por lo que elegir puede ser fácil o difícil, según se mire. Y, si lo que queremos es que nuestro reloj vaya a juego con el resto de decoración del salón o de la habitación en la que vayamos a ubicarlo, también lo tendremos fácil. Por ejemplo, para un estudio decorado con un estilo industrial no habrá nada mejor que un reloj similar a los que había antiguamente en una estación de tren.
Si, en cambio, tenemos una casa o un piso de diseño, podemos optar por un reloj minimalista que sólo cuente con las agujas o incluso con un reloj más original que tenga un toque divertido.
Otro buen recurso es lo que podríamos denominar como vinilo decorativo y reloj de pared. Esa mezcla consiste en colocar un vinilo en la pared que junto con un reloj, cree una escena. Como podéis ver en las fotos, esta idea es estupenda para dar rienda suelta a la imaginación y conseguir figuras estupendas. No habrá nadie que no se sorprenda al ver una combinación de reloj y vinilo bien hecha.
Por último, cabe mencionar que incluir más de un reloj en una misma habitación no sólo da buenos resultados sino que incluso es muy recomendable. Podríamos, por ejemplo, hacer una hilera con relojes que marquen la hora en diferentes países o colocar un reloj central con relojes pequeños alrededor.
En esto, la imaginación es lo que más cuenta pero, desde luego, ya no tendremos excusa para llegar tarde a ningún sitio.
