Decorar y diseñar la habitación de un niño necesita un gran cuidado y planificación. Los niños de hoy pueden ser muy quisquillosos acerca de lo que les gusta y lo que no, por lo que es muy importante seleccionar los artículos para su habitación teniendo en cuenta sus gustos e intereses. Mientras que la habitación de un aficionado al baloncesto debe tener posters de estrellas de la ABC o de la NBA, a un ávido lector le gustará tener un estante lleno de libros de su interés (o mejor dicho, muchos estantes, donde quepan todos sus libros, los que ya tiene y los que vendrán). Esta es la razón por la que es muy importante tener muy claros los intereses de tu hijo antes de empezar a comprar los elementos de su habitación. Aunque estés seguro de conocerlo a la perfección, nunca está de más hablar con él y decidir más o menos juntos el estilo y el posible tema de su nueva habitación.
Una vez que tenga el concepto básico para la decoración del dormitorio, tendrás que hacer una lista de los elementos que se necesitarán para hacer realidad esa idea. Entre los elementos imprescindibles de un dormitorio encontramos la ropa de cama de niño, edredones, fundas nórdicas, mantas, fundas de almohada… Estos artículos deben ser elegidos con mucho cuidado, ya que hay niños son alérgicos a ciertos tejidos. Trata de comprar estos artículos en tiendas de confianza y apostar por materiales como el algodón o el algodón y el nylon. El algodón hace que el la tela se airee, mientras que el nylon añade fuerza al producto final. A la hora de comprar artículos como la ropa de cama de niño, trata de no comprar ropa de cama de color claro, ya que los niños son propensos a manchar la ropa de cama muy fácilmente. Por esta razón, lo más recomendable en estas ocasiones es comprar ropa de cama oscura. Puedes optar por diseños tradicionales o por algunos especiales, como superhéroes o princesas.
También hay que prestar atención a pequeños detalles como cuadros, posters, marcos de fotografías… Hay que pensar que la decoración es el plano general, lo incluye toda la habitación, desde los muebles hasta la ropa de cama, pasando por las cortinas, alfombras y, en definitiva, todo lo que añadamos a la habitación. Todo suma, de modo que hay que fijarse muy bien en todos los elementos.
