Lo vintage está de moda. Esta tendencia no solo ha acaparado el interior de nuestros armarios sino que también se ha extendido a las habitaciones de la casa. Y es que el diseño de interiores de aires vintage ha tomado auge. Algunos simplemente se limitan a colocar algún que otro objeto del pasado pero otros van a por todas y apuestan de lleno por este estilo eligiendo la época con la que se sienten más identificados.
¿Qué es realmente lo vintage?
Este término se utiliza para indicar aquellos objetos que tienen cierta edad (dos décadas como mínimo), pero que no son antigüedades propiamente dichas. Sin embargo, aún así, tienen valor y pueden considerarse como ‘clásicos’.
La carga de historia que llevan consigo muchos de estos objetos, su exclusividad y la calidad de los materiales con los que fueron construidos hacen que a menudo su precio sea elevado por lo que no todos se pueden permitir verdaderos accesorios vintage. A su ayuda recurre entonces el estilo retro, que se refiere a una pieza de construcción reciente pero que evoca determinada época, como puede ser este precioso taburete industrial.
¿Por qué nos atrae tanto?
Cuando entramos a una tienda de muebles, normalmente encontramos decenas de modelos de sillas de madera o escritorios pero si vemos algo de estilo vintage, esto atrae poderosamente nuestra atención. La clave de este poderoso influjo radica en el pasado y las sensaciones que despierta, como la nostalgia y la seguridad. De hecho, muchas de las grandes marcas de diseño de muebles están rescatando sus antiguos modelos y ahora los venden como pan caliente.
Ante todo, debemos partir del hecho de que en plena crisis económica y agobiados por la inseguridad que esta genera, es normal que nos aferremos a aquellas cosas que nos brindan un ápice de certeza. Los objetos vintage desencadenan la melancolía que inspiran otros tiempos, que no fueron necesariamente mejores pero que hemos idealizado en el imaginario colectivo. Así, el estilo vintage genera la sensación de seguridad y nos hace sentir bien.
Por eso, ahora no es extraño encontrar un restaurante que imita la estética italiana de los años ’50 en pleno centro de Londres o un bar madrileño inspirado en los años ’20 parisinos. Todo vale con tal de generar emociones, distinguirse y despertar añoranza.
Por otra parte, no podemos olvidar que el movimiento vintage tuvo su origen moderno en los hipsters. Esos jóvenes que se resistían a seguir la moda y se atrevieron a desempolvar la ropa de la abuela o de la madre. Así, lo vintage también es un emblema de originalidad y una declaración de intenciones.
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